Convengamos que hable de amor,
de rosas, de sábanas, de afectos,
de carencias, de sexo sin pudor;
convengamos que, irrefrenable, hable de los dos.
Y tú, le hables al viento
de flirteos, de sonrisas,
de ocurrencias, extasiados, sin aliento,
de ambivalencias y caricias.
Y yo, desguarnecido, en silencio,
reclame la cumbre de tu encuentro,
de tus senos, de tus muslos, de tu cabello lacio,
de este corazón que dejó de ser fragmento.
Convengamos que entre nosotros
se geste algo intenso, cual clamor
que ángeles y demonios, entre nos:
convengamos que hablemos de... dolor.
25 feb 2017
20 feb 2017
Incertidumbre
Pienso en sus hebras castañas
presumiendo el contacto del viento,
la postal de sus mañanas
cerniéndose sin aliento.
Pienso en la clarividencia de su piel
arropándome del invierno de la vida
que, ausente de empatía, es miel
que disfruto untar en mis comidas.
Pienso en la coloratura de su voz;
en las inflexiones, en la cadencia
cuando pronuncia mi nombre, y los dos,
cómplices, disfrutamos cumplir con la sentencia.
Pienso en su nombre esposado,
y vuelvo a esta cumbre;
recordar que no soy el ser amado:
me inunda la incertidumbre.
presumiendo el contacto del viento,
la postal de sus mañanas
cerniéndose sin aliento.
Pienso en la clarividencia de su piel
arropándome del invierno de la vida
que, ausente de empatía, es miel
que disfruto untar en mis comidas.
Pienso en la coloratura de su voz;
en las inflexiones, en la cadencia
cuando pronuncia mi nombre, y los dos,
cómplices, disfrutamos cumplir con la sentencia.
Pienso en su nombre esposado,
y vuelvo a esta cumbre;
recordar que no soy el ser amado:
me inunda la incertidumbre.
9 feb 2017
Soledad
Solitaria, es mi ciudadanía,
apátrida, esta lágrima
que brota y se desprende seca, sin guía,
apática, esta singularidad que me reclama.
Soy uno y ninguno,
errante, sin filosofía.
Soy uno y ninguno;
esta soledad infinita y baldía.
Soy adicto a la soledad, hoy,
antes, adicto a tu almohada.
Soy un monumento a la nada, me voy:
detesto esta, mi vida almidonada.
apátrida, esta lágrima
que brota y se desprende seca, sin guía,
apática, esta singularidad que me reclama.
Soy uno y ninguno,
errante, sin filosofía.
Soy uno y ninguno;
esta soledad infinita y baldía.
Soy adicto a la soledad, hoy,
antes, adicto a tu almohada.
Soy un monumento a la nada, me voy:
detesto esta, mi vida almidonada.
8 feb 2017
Achares
¡¿Quién es ese malnacido
que copa tu espacio,
un sujeto de aspecto descocido
que piensa que puede llenar el vacío
que tanto ahínco me ha costado
asentar, tras un sinfín de tertulias
afines, disímiles, de reo sin abogado,
sin juicio, acostumbrado a las pifias?!
¿Quién es y qué hace a tu lado,
acaso no sabe que de ti
me he impregnado
y él, es un simple baladí?
que copa tu espacio,
un sujeto de aspecto descocido
que piensa que puede llenar el vacío
que tanto ahínco me ha costado
asentar, tras un sinfín de tertulias
afines, disímiles, de reo sin abogado,
sin juicio, acostumbrado a las pifias?!
¿Quién es y qué hace a tu lado,
acaso no sabe que de ti
me he impregnado
y él, es un simple baladí?
Proclamación
Procrastinemos el romance,
vayamos a la acción:
tu cuerpo anhela el trance,
el mío la exaltación.
No pretendo procurarte con rosas,
mucho menos con felpas;
colocarte estas esposas,
enternecer tus piernas.
Lamer tu sexo con furia,
adormecerte en la cama,
este deseo de un paria
que a los cuatro vientos te proclama.
vayamos a la acción:
tu cuerpo anhela el trance,
el mío la exaltación.
No pretendo procurarte con rosas,
mucho menos con felpas;
colocarte estas esposas,
enternecer tus piernas.
Lamer tu sexo con furia,
adormecerte en la cama,
este deseo de un paria
que a los cuatro vientos te proclama.
Reverencia
Duerme conmigo, hoy, mañana y pasado,
que en mis sueños revelo
tu nombre atado al mío,
y tu ausencia me tiene en desvelo.
Arrecuesta tu cuerpo aquí,
en este espacio que es tuyo,
reservado para que así
no sientas que pierdes el orgullo.
Permite que cubra tu desnudez
con caricias paganas,
para que sientas la inmediatez
de mi cuerpo que arde en llamas.
Duerme conmigo, siente al ser amado
que ha transformado tu esencia
en inspiración; duerme conmigo que has calado
hondo. Duerme y permite esta reverencia.
que en mis sueños revelo
tu nombre atado al mío,
y tu ausencia me tiene en desvelo.
Arrecuesta tu cuerpo aquí,
en este espacio que es tuyo,
reservado para que así
no sientas que pierdes el orgullo.
Permite que cubra tu desnudez
con caricias paganas,
para que sientas la inmediatez
de mi cuerpo que arde en llamas.
Duerme conmigo, siente al ser amado
que ha transformado tu esencia
en inspiración; duerme conmigo que has calado
hondo. Duerme y permite esta reverencia.
Es...
Es agradable descubrir,
conforme el río sigue su cauce,
que ella no teme abrir
el baúl de efectos que la ponen en trance.
Desnuda su alma,
goteándome lo que ha vivido
de a pocos; nunca pierde la calma,
ello me agrada, transpira mi libido.
La confianza que se cierne
sobre nosotros, es un manto
que cubre inexorablemente su mente,
todo lo que ella dice se vuelve canto.
Ella es un brío de aire fresco
que embadurna mi espacio
con su fragancia sin parentesco,
sin cansancio.
conforme el río sigue su cauce,
que ella no teme abrir
el baúl de efectos que la ponen en trance.
Desnuda su alma,
goteándome lo que ha vivido
de a pocos; nunca pierde la calma,
ello me agrada, transpira mi libido.
La confianza que se cierne
sobre nosotros, es un manto
que cubre inexorablemente su mente,
todo lo que ella dice se vuelve canto.
Ella es un brío de aire fresco
que embadurna mi espacio
con su fragancia sin parentesco,
sin cansancio.
¿Te puedo querer?
Eres ella. Con todas tus taras
existenciales de diosa terrena,
que esconde tras sus miles de caras,
el miedo irracional a sentir pena.
Eres ella. Con tus ansias, tu deseo;
es tu cuerpo, un templo,
la adoración, las veces que veo,
te imagino y te contemplo.
Eres ella. Con tus dilemas,
tu filosofía de niña-mujer,
tu verbo pretérito, sin gemas:
eres ella, ¿te puedo querer?
existenciales de diosa terrena,
que esconde tras sus miles de caras,
el miedo irracional a sentir pena.
Eres ella. Con tus ansias, tu deseo;
es tu cuerpo, un templo,
la adoración, las veces que veo,
te imagino y te contemplo.
Eres ella. Con tus dilemas,
tu filosofía de niña-mujer,
tu verbo pretérito, sin gemas:
eres ella, ¿te puedo querer?
Deseo
Deseo convertido en obsesión;
ella juega conmigo al amor.
Lleva un tiempo haciéndome oír esa canción
que habla de nosotros sin estupor.
Deseo transformado en indirectas
que desciframos a la par:
lo nuestro es una religión sin sectas,
un manual específico para amar.
ella juega conmigo al amor.
Lleva un tiempo haciéndome oír esa canción
que habla de nosotros sin estupor.
Deseo transformado en indirectas
que desciframos a la par:
lo nuestro es una religión sin sectas,
un manual específico para amar.
Confesión
[De]tras de una mujer hermosa
hay un hombre plebeyo
velando su nombre de buena moza,
oculto tras bambalinas, soy yo.
No suele demostrar afecto,
lágrimas, espanto o compasión,
no esperes que sea indirecto,
culpa a la lírica transformada en canción.
Está al corriente de los avatares
que le atormentan;
es culpa de los bares,
eso es lo que comentan.
[De]tras de una mujer virtuosa,
hay un hombre mediocre
deseando dibujar su cuerpo de diosa
en un mural pintado de ocre.
No hay consuelo si ella es esquiva,
lo sé, ser insistente no es bello,
empero es que ella irradia vida
y estoy muriendo tras bambalinas, soy yo.
¡Estamos vivos!
Si ella supiera que la pienso,
aun cuando hablamos de todo,
hablamos de nada, la pienso
irrefrenable y sin modo.
Si ella supiera que antes de dormir
visito su imagen, su rostro,
la ternura de sus ojos que al partir
hacia los míos, se tornan nuestros.
Si ella supiera que nos imagino
tan próximos, tan íntimos,
protagonizando un clamor divino:
estamos juntos... ¡estamos vivos!
aun cuando hablamos de todo,
hablamos de nada, la pienso
irrefrenable y sin modo.
Si ella supiera que antes de dormir
visito su imagen, su rostro,
la ternura de sus ojos que al partir
hacia los míos, se tornan nuestros.
Si ella supiera que nos imagino
tan próximos, tan íntimos,
protagonizando un clamor divino:
estamos juntos... ¡estamos vivos!
Tu cuerpo en la cama
Estoy ad portas del sueño,
y vuelvo a tu esencia,
en esta almohada de niño
que hoy, es todo carencia.
Estoy ad portas del sueño,
recordando tus desmayos oníricos,
protegida por un manto de cariño
que hoy, está hecha añicos.
Estoy ad portas del sueño,
y tu cuerpo tibio, transpira de deseo,
me buscas a tientas, eres ensueño,
que hoy es mitología, es Perseo.
y vuelvo a tu esencia,
en esta almohada de niño
que hoy, es todo carencia.
Estoy ad portas del sueño,
recordando tus desmayos oníricos,
protegida por un manto de cariño
que hoy, está hecha añicos.
Estoy ad portas del sueño,
y tu cuerpo tibio, transpira de deseo,
me buscas a tientas, eres ensueño,
que hoy es mitología, es Perseo.
Nos
Nos cruzamos y tu mirar me apresó
de lleno. Sentí cómo me desnudabas
desde los cabellos hasta las uñas,
me desnudabas sellándolo con un beso.
Yo que andaba en movimiento
me detuve embobado mirándote mirarme,
tuve que detenerme, respirar y calmarme,
agitado, sorprendido y sin aliento.
Tu hechizo de mujer causó estragos
en mi ser, que te imaginó velando
mis sueños, siendo la voz de mando
guiándome como recuerdos vagos.
Nos cruzamos y yo te sentí
cercana a pesar de la lejanía;
nos cruzamos, aún era de día,
día que tornó una ilusión en ti.
de lleno. Sentí cómo me desnudabas
desde los cabellos hasta las uñas,
me desnudabas sellándolo con un beso.
Yo que andaba en movimiento
me detuve embobado mirándote mirarme,
tuve que detenerme, respirar y calmarme,
agitado, sorprendido y sin aliento.
Tu hechizo de mujer causó estragos
en mi ser, que te imaginó velando
mis sueños, siendo la voz de mando
guiándome como recuerdos vagos.
Nos cruzamos y yo te sentí
cercana a pesar de la lejanía;
nos cruzamos, aún era de día,
día que tornó una ilusión en ti.
Alé
Aléjate. Tu sola presencia
de mujer ingenua con mirada indulgente,
ha cautivado mi psique, mi esencia.
Aléjate. Tú y toda la gente.
Aléjate. Tu cuerpo desnudo
apresó un sueño taciturno
que se escapó de mi subconsciente, mudo,
y se aferró a ti sin turno.
Aléjate. Eres nobleza, belleza,
ingenuidad, inocente en este juicio
coyuntural. Eres mi presa,
soy culpable y tú eres mi vicio.
Aléjate. Tu nombre, tu apellido.
Tu risa, tu llanto.
Aléjate. El anhelo es un pedido
que le hago al viento y se vuelve canto.
de mujer ingenua con mirada indulgente,
ha cautivado mi psique, mi esencia.
Aléjate. Tú y toda la gente.
Aléjate. Tu cuerpo desnudo
apresó un sueño taciturno
que se escapó de mi subconsciente, mudo,
y se aferró a ti sin turno.
Aléjate. Eres nobleza, belleza,
ingenuidad, inocente en este juicio
coyuntural. Eres mi presa,
soy culpable y tú eres mi vicio.
Aléjate. Tu nombre, tu apellido.
Tu risa, tu llanto.
Aléjate. El anhelo es un pedido
que le hago al viento y se vuelve canto.
Me miras...
Me miras, y tus ojos
esconden un visible deseo lascivo,
que desnuda el mutismo de mi voz
gritando el amor esquivo
que he dejado de sentir
hace, vaya a saber cuánto,
sentimiento que nació para morir
encerrado en el lecho de un cuarto.
Tus pupilas tornándose carmesí
reflejan, surrealistas, el contorno de mi ser,
sorprendido por el anhelado "sí"
que las campanas darán al atardecer,
cuando tu cuerpo y el mío
crucen el umbral hacia el futuro:
futuro que tus ojos y los míos
rubricarán nuestros nombres en un muro.
Me miras y tus ojos,
nuestros ojos, reflejan lo que quiero,
lo que quieres: mis ojos
diciéndote te quiero.
esconden un visible deseo lascivo,
que desnuda el mutismo de mi voz
gritando el amor esquivo
que he dejado de sentir
hace, vaya a saber cuánto,
sentimiento que nació para morir
encerrado en el lecho de un cuarto.
Tus pupilas tornándose carmesí
reflejan, surrealistas, el contorno de mi ser,
sorprendido por el anhelado "sí"
que las campanas darán al atardecer,
cuando tu cuerpo y el mío
crucen el umbral hacia el futuro:
futuro que tus ojos y los míos
rubricarán nuestros nombres en un muro.
Me miras y tus ojos,
nuestros ojos, reflejan lo que quiero,
lo que quieres: mis ojos
diciéndote te quiero.
Defensiva
Si hay algo que extraño,
más todavía que su sola presencia,
es la volatilidad de su esencia
que se abría paso haciéndole daño.
Ella, genéticamente predispuesta
a la melancolía sentimental;
ella que era una aurora boreal
que se apagaba de fiesta...
seguro hoy, carga consigo, depresiva,
esa marca de agua, tan suya,
emociones que penetran como puyas
y la tienen siempre a la defensiva.
más todavía que su sola presencia,
es la volatilidad de su esencia
que se abría paso haciéndole daño.
Ella, genéticamente predispuesta
a la melancolía sentimental;
ella que era una aurora boreal
que se apagaba de fiesta...
seguro hoy, carga consigo, depresiva,
esa marca de agua, tan suya,
emociones que penetran como puyas
y la tienen siempre a la defensiva.
Marasmo
Aquí me tienes: impávido,
inmóvil, inerte;
aquí me tienes: inválido,
silente, sin vientre.
Aquí me tienes: recluido,
circunspecto, irrisible;
aquí me tienes: diluido,
ausente, invisible.
Aquí me tienes: cansino,
expectante, confundido;
aquí me tienes: alcalino,
impertérrito, perdido.
inmóvil, inerte;
aquí me tienes: inválido,
silente, sin vientre.
Aquí me tienes: recluido,
circunspecto, irrisible;
aquí me tienes: diluido,
ausente, invisible.
Aquí me tienes: cansino,
expectante, confundido;
aquí me tienes: alcalino,
impertérrito, perdido.
He llorado
He llorado una lágrima en tu nombre,
fatigado por el recuerdo que no calla
y se alimenta de ella, ¡cuánta hambre!
esperando que algún día se vaya.
He llorado y enjuagado
las visiones que tengo de ti,
siendo uno, siendo amado,
tú, mi leimotiv.
He llorado en mi fuero interno,
un dolor, uno de cientos,
que me aquejan desde el vientre materno,
un dolor guiado por la rosa de los vientos.
He llorado, sí...
He llorado en tu nombre.
He llorado, vaya que sí...
He llorado: soy un hombre.
fatigado por el recuerdo que no calla
y se alimenta de ella, ¡cuánta hambre!
esperando que algún día se vaya.
He llorado y enjuagado
las visiones que tengo de ti,
siendo uno, siendo amado,
tú, mi leimotiv.
He llorado en mi fuero interno,
un dolor, uno de cientos,
que me aquejan desde el vientre materno,
un dolor guiado por la rosa de los vientos.
He llorado, sí...
He llorado en tu nombre.
He llorado, vaya que sí...
He llorado: soy un hombre.
Daño
Extraño el desastre
que significaba su personalidad
volátil, melancólica, sin deidad,
la confusión de estar feliz y triste.
De querer apasionadamente algo,
para después desapasionarse
por completo, de martirizarse
naturalmente sin encargo.
Porque exteriorizaba erróneamente
sus emociones: caudal de canciones,
indirectas y palabras sin pasiones;
interiorizaba lo bueno indistintamente.
Extraño, es extraño,
extrañar éso de ella:
éso que mella
en uno, y más te hace daño.
que significaba su personalidad
volátil, melancólica, sin deidad,
la confusión de estar feliz y triste.
De querer apasionadamente algo,
para después desapasionarse
por completo, de martirizarse
naturalmente sin encargo.
Porque exteriorizaba erróneamente
sus emociones: caudal de canciones,
indirectas y palabras sin pasiones;
interiorizaba lo bueno indistintamente.
Extraño, es extraño,
extrañar éso de ella:
éso que mella
en uno, y más te hace daño.
¿Se puede?
Déjame navegar tu todo, tu parte,
aprovechar el ruido del viento,
este viento feroz y redundante
que me atrajo hasta a ti, para desearte...
aprovechar el ruido del viento,
este viento feroz y redundante
que me atrajo hasta a ti, para desearte...
Vanidosa
Suave es el vaivén
de esa extraña y solitaria mujer
montada en el columpio, ¿la ven?
es ella, su cuerpo, quererla es querer.
Suave, se agitan sus cabellos
al ritmo de esta mañana ventosa,
taciturna, cantan todos, todos ellos:
las aves, el invierno y la lluvia vanidosa.
de esa extraña y solitaria mujer
montada en el columpio, ¿la ven?
es ella, su cuerpo, quererla es querer.
Suave, se agitan sus cabellos
al ritmo de esta mañana ventosa,
taciturna, cantan todos, todos ellos:
las aves, el invierno y la lluvia vanidosa.
Encerrados
Encerrados entre cuatro paredes
te veo convaleciente, aturdida,
clamando por mi ayuda, ¡las veces!
recojo tus cabellos, quedas dormida.
Luego despiertas arropándote en mi pecho
y vociferas resuelta por ayuda, ¡otra vez!
rozo tu rostro, lo admito, aprovecho,
te veo indefensa, sin abogado, sin juez.
Molesta contigo misma, enjuagas tus ojos
y tu mirar me trastoca como nunca;
este mar de lagrimales, que juntos bebimos,
susurro en tu oído, cojo tu nuca.
Quedas de espalda a mí,
el contorno de tu cuerpo conjuga conmigo,
siento tu cuerpo en mí,
ahora soy yo el que queda dormido.
Despierto, e instintivamente mi mano
viaja resuelta sobre tu vientre,
te retuerces, gimes y posas tu mano,
guiándome, ¡gritas! aullido estridente.
Es un instante, y vaya que lo fue,
empero mi tacto conquista tu feudo;
te giro, exhalo, resuelves mirarme, lo sé,
te miro, exhalas, tiemblo de miedo.
Tus latidos galopando
en la sabana de este corazón infértil,
ilusionado por el momento, me siento agazapado,
perdonas el atrevimiento, esta sensación pueril.
De esto, ni una palabra, expones,
y apresas con tu labios, reforzando
el momento, mis labios infelices
que finalmente... te están probando.
te veo convaleciente, aturdida,
clamando por mi ayuda, ¡las veces!
recojo tus cabellos, quedas dormida.
Luego despiertas arropándote en mi pecho
y vociferas resuelta por ayuda, ¡otra vez!
rozo tu rostro, lo admito, aprovecho,
te veo indefensa, sin abogado, sin juez.
Molesta contigo misma, enjuagas tus ojos
y tu mirar me trastoca como nunca;
este mar de lagrimales, que juntos bebimos,
susurro en tu oído, cojo tu nuca.
Quedas de espalda a mí,
el contorno de tu cuerpo conjuga conmigo,
siento tu cuerpo en mí,
ahora soy yo el que queda dormido.
Despierto, e instintivamente mi mano
viaja resuelta sobre tu vientre,
te retuerces, gimes y posas tu mano,
guiándome, ¡gritas! aullido estridente.
Es un instante, y vaya que lo fue,
empero mi tacto conquista tu feudo;
te giro, exhalo, resuelves mirarme, lo sé,
te miro, exhalas, tiemblo de miedo.
Tus latidos galopando
en la sabana de este corazón infértil,
ilusionado por el momento, me siento agazapado,
perdonas el atrevimiento, esta sensación pueril.
De esto, ni una palabra, expones,
y apresas con tu labios, reforzando
el momento, mis labios infelices
que finalmente... te están probando.
Soñarle
Soñarle, como le sueño,
inconsciente, entregado al cauce
onírico; rememorar su cuerpo sin dueño,
este cuerpo, mi cuerpo, su goce, mi goce.
Soñarle, la puesta, las escenas
difusas, surrealistas, animalista,
sentir que ella es mi mecenas,
mi mantra, mi todo: primera en la lista.
Soñarle, y saberme en un sueño
auspiciado por el subconsciente;
soñarle huérfana, sin dueño,
transpirar de miedo porque ella no siente.
inconsciente, entregado al cauce
onírico; rememorar su cuerpo sin dueño,
este cuerpo, mi cuerpo, su goce, mi goce.
Soñarle, la puesta, las escenas
difusas, surrealistas, animalista,
sentir que ella es mi mecenas,
mi mantra, mi todo: primera en la lista.
Soñarle, y saberme en un sueño
auspiciado por el subconsciente;
soñarle huérfana, sin dueño,
transpirar de miedo porque ella no siente.
Flagelo
Su cuerpo desnudo, bajo las sábanas
dibuja, absuelta de huesos,
ángeles en el lecho, fotogramas,
seres alados, enamorados.
Ella sonríe al cielo, su sexo exquisito,
puedo saborear su pH bajo este velo
que extiendo hasta el infinito,
sonríe, sonrío... amor y flagelo.
Su cuerpo, mi cuerpo, bajo las sábanas,
tatúan inmortales, en esta cama,
la rudeza, la pasión, sensaciones hermanas,
es este fuego fatuo que no se apaga.
Sonreímos, mirándonos inocentes;
toco el contorno de sus labios, su pelo
que cubre su rostro, sus sienes,
su dolor, el mío... amor y flagelo.
dibuja, absuelta de huesos,
ángeles en el lecho, fotogramas,
seres alados, enamorados.
Ella sonríe al cielo, su sexo exquisito,
puedo saborear su pH bajo este velo
que extiendo hasta el infinito,
sonríe, sonrío... amor y flagelo.
Su cuerpo, mi cuerpo, bajo las sábanas,
tatúan inmortales, en esta cama,
la rudeza, la pasión, sensaciones hermanas,
es este fuego fatuo que no se apaga.
Sonreímos, mirándonos inocentes;
toco el contorno de sus labios, su pelo
que cubre su rostro, sus sienes,
su dolor, el mío... amor y flagelo.
Cama
Cuando la conocí, vestía de noche,
ahora viste de carnaval,
su vida es un derroche,
su autoestima es un vendaval.
Cuando la conocí, en los albores
de una década previa al sedentarismo,
ella se entregaba a las pasiones
con fluidez, ahuyentaba temores sin atisbo.
Cuando la conocí, presumió del desamor
que desapareció para siempre
la confianza, convertida en dolor,
irradiaba iridiscente, sin lumbre.
Cuando la conocí, yo me desconocía;
vivía atado a ella, aún no lo sabía.
Me conocí y ella me desamaba,
le ví abandonarme, quedándome al borde la cama.
ahora viste de carnaval,
su vida es un derroche,
su autoestima es un vendaval.
Cuando la conocí, en los albores
de una década previa al sedentarismo,
ella se entregaba a las pasiones
con fluidez, ahuyentaba temores sin atisbo.
Cuando la conocí, presumió del desamor
que desapareció para siempre
la confianza, convertida en dolor,
irradiaba iridiscente, sin lumbre.
Cuando la conocí, yo me desconocía;
vivía atado a ella, aún no lo sabía.
Me conocí y ella me desamaba,
le ví abandonarme, quedándome al borde la cama.
¡Salud!
... por esas promesas hechas con avidez,
tras largas jornadas de sexo desenfrenado,
donde el raciocinio queda de lado
abriendo un resquicio a la estupidez.
... por esos finales, que unos imaginan
cinematográficos en el fuero interno
y acaban siendo banales, enciman
excusas, que importan un cuerno.
... por esas verdades dichas a medias,
cobijadas en loas superficiales;
andan dispersas y huérfanas
predestinadas a cruentos finales.
... por esos anhelos dichos a media voz,
gestados en pareja. Por ti, que ya no estás,
por mí, que sigo aquí. por nos...
¡salud! y perdón por las molestias.
tras largas jornadas de sexo desenfrenado,
donde el raciocinio queda de lado
abriendo un resquicio a la estupidez.
... por esos finales, que unos imaginan
cinematográficos en el fuero interno
y acaban siendo banales, enciman
excusas, que importan un cuerno.
... por esas verdades dichas a medias,
cobijadas en loas superficiales;
andan dispersas y huérfanas
predestinadas a cruentos finales.
... por esos anhelos dichos a media voz,
gestados en pareja. Por ti, que ya no estás,
por mí, que sigo aquí. por nos...
¡salud! y perdón por las molestias.
Sin nudos
Cuando atravesó el umbral,
perdió la coraza a la que tanto se aferró,
su vulnerabilidad de cal
me aprehendió.
Dejó caer el manto virginal
que la vestía, y sus lágrimas tibias
me sabían a gloria clerical
que resbalaban por sus mejillas.
La despojé de todo: la aproveché
y me unté de su inocencia pueril,
de la estrechez de su fuente, ¡palidece!
ella llora a mares, fui un ente vil.
Y la evoco hoy, oscura invernal,
porque su cuerpo desnudo,
ese grato souvenir que fue mío, fue carnal,
hoy, reverbera sin nudos.
perdió la coraza a la que tanto se aferró,
su vulnerabilidad de cal
me aprehendió.
Dejó caer el manto virginal
que la vestía, y sus lágrimas tibias
me sabían a gloria clerical
que resbalaban por sus mejillas.
La despojé de todo: la aproveché
y me unté de su inocencia pueril,
de la estrechez de su fuente, ¡palidece!
ella llora a mares, fui un ente vil.
Y la evoco hoy, oscura invernal,
porque su cuerpo desnudo,
ese grato souvenir que fue mío, fue carnal,
hoy, reverbera sin nudos.
He plantado...
He plantado en el centro del jardín
de tu indiferencia, un rosal abundante
de espinas dolorosas; sentimiento ruin
que las alimenta de un tiempo a esta parte.
Esta plantación es un homenaje
a lo que fuimos alguna vez;
un todo, un engranaje
que aceitábamos mes a mes.
Rosas revestidas de noche,
representando la oscuridad de tu sin razón,
de tu odio, de tu huida, tu reproche
y el vuelco de la furia de innoble corazón.
He podado una rosa en tu nombre
y aún late en mis manos, ¡vaya goce!
sangra y sufre: ¡soy un hombre!
que estuvo enamorado de tu roce.
de tu indiferencia, un rosal abundante
de espinas dolorosas; sentimiento ruin
que las alimenta de un tiempo a esta parte.
Esta plantación es un homenaje
a lo que fuimos alguna vez;
un todo, un engranaje
que aceitábamos mes a mes.
Rosas revestidas de noche,
representando la oscuridad de tu sin razón,
de tu odio, de tu huida, tu reproche
y el vuelco de la furia de innoble corazón.
He podado una rosa en tu nombre
y aún late en mis manos, ¡vaya goce!
sangra y sufre: ¡soy un hombre!
que estuvo enamorado de tu roce.
Humildad
Dos mujeres me hicieron frente,
tarde, muy tarde, casi de noche.
Vociferaron al aire, una leyó mi mente,
señaló este hoyo y lo cubrió con un parche.
Estas mujeres, que vestían multicolores,
jóvenes y tersas, me ataron con sus manos
y cargaron conmigo sus pasiones,
pararon el sangrado y dijeron adiós.
Me sentí volar, luego extrañado:
¿quiénes son estas mujeres
que me abordaron, cual ser amado,
y me convencieron con sus quehaceres?
Dos mujeres me abordaron,
quizá en sueños, quizá en realidad,
pero algo consiguieron,
y lo digo con humildad.
tarde, muy tarde, casi de noche.
Vociferaron al aire, una leyó mi mente,
señaló este hoyo y lo cubrió con un parche.
Estas mujeres, que vestían multicolores,
jóvenes y tersas, me ataron con sus manos
y cargaron conmigo sus pasiones,
pararon el sangrado y dijeron adiós.
Me sentí volar, luego extrañado:
¿quiénes son estas mujeres
que me abordaron, cual ser amado,
y me convencieron con sus quehaceres?
Dos mujeres me abordaron,
quizá en sueños, quizá en realidad,
pero algo consiguieron,
y lo digo con humildad.
Eufemismos
Tengo unas ganas dantescas
de morir, aquí, de pie frente al espejo;
de morir en un instante resuelto en orgías
que perduren hasta quedar perplejo.
Tengo unas ganas tremendas
de morir, y no es de ahora,
hace tanto que revolotean , ideas,
sensaciones difusas que enamoran.
Tengo unas ganas minúsculas
de vivir, así, enfrascado en existencialismos
superfluos, peroran las loas
intentando convencerme con eufemismos.
de morir, aquí, de pie frente al espejo;
de morir en un instante resuelto en orgías
que perduren hasta quedar perplejo.
Tengo unas ganas tremendas
de morir, y no es de ahora,
hace tanto que revolotean , ideas,
sensaciones difusas que enamoran.
Tengo unas ganas minúsculas
de vivir, así, enfrascado en existencialismos
superfluos, peroran las loas
intentando convencerme con eufemismos.
A pesar de los daños
Fue un veintinueve,
quizá jueves, ¡cómo me dueles!
todavía me trastoca, me conmueve
recordarte vestida de nieve.
Esperando al invierno,
una noche otoñal...
cómo ansiaba tu verbo,
tu sexo, tu aura virginal.
El tiempo se acortaba,
el péndulo en contra,
su cuerpo tan próximo, ¡calaba!
sus latidos galopantes, mi mantra.
Fue un veintinueve,
quizá jueves, ¡hace seis años!
hoy me conmueve
saber que eras tú, a pesar de los daños.
quizá jueves, ¡cómo me dueles!
todavía me trastoca, me conmueve
recordarte vestida de nieve.
Esperando al invierno,
una noche otoñal...
cómo ansiaba tu verbo,
tu sexo, tu aura virginal.
El tiempo se acortaba,
el péndulo en contra,
su cuerpo tan próximo, ¡calaba!
sus latidos galopantes, mi mantra.
Fue un veintinueve,
quizá jueves, ¡hace seis años!
hoy me conmueve
saber que eras tú, a pesar de los daños.
Lodo
He visto en sueños, una mujer
de cabellos carmines
deshojando pétalos, dejándolos caer
sobre cenizas infelices...
que arden, formando una pila
de ubérrimos recuerdos llenos de dolor;
el azul que la envuelve me obnubila,
me ciega, la observo y muero de amor.
No sé su nombre, su procedencia,
el rango que sus alas presumen al vuelo,
ni mucho menos si ha perdido la inocencia,
He soñado esta mujer, que es un anhelo.
He dormido el sueño de una mujer
de cabellos carmines, deshojándolo todo.
He despertado soñando con su ser
y estoy aquí, regocijándome en lodo.
de cabellos carmines
deshojando pétalos, dejándolos caer
sobre cenizas infelices...
que arden, formando una pila
de ubérrimos recuerdos llenos de dolor;
el azul que la envuelve me obnubila,
me ciega, la observo y muero de amor.
No sé su nombre, su procedencia,
el rango que sus alas presumen al vuelo,
ni mucho menos si ha perdido la inocencia,
He soñado esta mujer, que es un anhelo.
He dormido el sueño de una mujer
de cabellos carmines, deshojándolo todo.
He despertado soñando con su ser
y estoy aquí, regocijándome en lodo.
Me pregunto
¿Qué coloratura tiene tu mirar
cuando ella besa tus labios íntimos?
¿Gimes apenas, o lo que quieres es gritar
y sentirte parte de sus juegos?
¿Qué coloratura adquiere tu cuerpo
cuando ella posa su tacto, su orgullo
y tu dermis se adormece, a destiempo
y el pH de sus carmines roza tu cuello?
cuando ella besa tus labios íntimos?
¿Gimes apenas, o lo que quieres es gritar
y sentirte parte de sus juegos?
¿Qué coloratura adquiere tu cuerpo
cuando ella posa su tacto, su orgullo
y tu dermis se adormece, a destiempo
y el pH de sus carmines roza tu cuello?
Deambula...
Deambula el ánima, trote lento, su recuerdo
en este cuarto vacío,
en esta almohada donde poso
este rostro que una vez se untó de su rocío.
Me mira; rígida, cruel y vacía,
atormentado al evocarla
en frases trilladas que en su día
significaron todo, significaron nada.
Deambula su cuerpo desnudo, abierto,
ausente de soltura y extroversión,
su figura se esconde del viento
que circula en su máxima expresión.
Me mira, otra vez, y ríe, perversa,
porque sabe algo, ahora lo sé,
algo que intuí a la fuerza
y confirmé cuando en exceso la besé.
Deambula nuestro recuerdo, inocente,
impermeable, planificando el devenir
que será funesto, trágico, triste,
y que en las madrugadas nos hará sufrir.
en este cuarto vacío,
en esta almohada donde poso
este rostro que una vez se untó de su rocío.
Me mira; rígida, cruel y vacía,
atormentado al evocarla
en frases trilladas que en su día
significaron todo, significaron nada.
Deambula su cuerpo desnudo, abierto,
ausente de soltura y extroversión,
su figura se esconde del viento
que circula en su máxima expresión.
Me mira, otra vez, y ríe, perversa,
porque sabe algo, ahora lo sé,
algo que intuí a la fuerza
y confirmé cuando en exceso la besé.
Deambula nuestro recuerdo, inocente,
impermeable, planificando el devenir
que será funesto, trágico, triste,
y que en las madrugadas nos hará sufrir.
Decimales
Mujeres andando la vida,
disueltas en sueños difusos.
Mujeres como tú, alma vigía,
agotando el tiempo en intrusos.
Mujeres llorando su hombría
que subyace inerte con su feminidad.
Mujeres como tú, alma sombría,
que contemplan su reflejo, su infelicidad.
Mujeres gritando a los cuatro vientos,
adjetivando el dolor que las aflige.
Mujeres como tú, alma de cientos,
deteriorándose, volviéndose esfinge.
Mujeres viendo su marco ennegrecido,
ocultando un vasto mar de lagrimales.
Mujeres como tú, alma envejecida
que imagina la vida en decimales.
disueltas en sueños difusos.
Mujeres como tú, alma vigía,
agotando el tiempo en intrusos.
Mujeres llorando su hombría
que subyace inerte con su feminidad.
Mujeres como tú, alma sombría,
que contemplan su reflejo, su infelicidad.
Mujeres gritando a los cuatro vientos,
adjetivando el dolor que las aflige.
Mujeres como tú, alma de cientos,
deteriorándose, volviéndose esfinge.
Mujeres viendo su marco ennegrecido,
ocultando un vasto mar de lagrimales.
Mujeres como tú, alma envejecida
que imagina la vida en decimales.
De un tiempo a esta parte
De un tiempo a esta parte,
la melancolía ha decidido
quedarse y hermanarse
a este cuerpo maldecido
que intenta olvidarse,
que su aroma se ha diluido
en quimeras, para difuminarse
eternamente: ella se ha ido.
De un tiempo a esta parte,
y cada que despierto al alba
intentando olvidarle,
algo se pierde, algo se acaba;
frente al espejo, el reflejo es arte:
anhelar nuestros cuerpos
esquivos, sensaciones aparte,
destilan recuerdos...
...de un tiempo a esta parte.
la melancolía ha decidido
quedarse y hermanarse
a este cuerpo maldecido
que intenta olvidarse,
que su aroma se ha diluido
en quimeras, para difuminarse
eternamente: ella se ha ido.
De un tiempo a esta parte,
y cada que despierto al alba
intentando olvidarle,
algo se pierde, algo se acaba;
frente al espejo, el reflejo es arte:
anhelar nuestros cuerpos
esquivos, sensaciones aparte,
destilan recuerdos...
...de un tiempo a esta parte.
Ataúdes
Amar a alguien,
seguir los cánones establecidos,
fundirse a negro
y terminar en el bando de los vencidos.
Amar a destiempo,
osada movida, ausente de reciprocidad,
adorar su cuerpo
y envolverse en la mendicidad.
Amar el destino,
soportando con entereza el trayecto
absuelto de afecto:
anhelar el cuadro perfecto.
Amar sus defectos,
confundiéndolos con virtudes,
recibiendo irrisorios afectos
que he guardado, en cientos de ataúdes.
seguir los cánones establecidos,
fundirse a negro
y terminar en el bando de los vencidos.
Amar a destiempo,
osada movida, ausente de reciprocidad,
adorar su cuerpo
y envolverse en la mendicidad.
Amar el destino,
soportando con entereza el trayecto
absuelto de afecto:
anhelar el cuadro perfecto.
Amar sus defectos,
confundiéndolos con virtudes,
recibiendo irrisorios afectos
que he guardado, en cientos de ataúdes.
Mentiras
Tú eres carne, yo cañón...
Tú eres lienzo, yo pincel...
Tú eres calma, yo aluvión...
Tú eres concreto, yo cincel...
Tú eres la sangre
y yo la herida...
Tú eres verdades...
y yo mentiras.
Tú eres lienzo, yo pincel...
Tú eres calma, yo aluvión...
Tú eres concreto, yo cincel...
Tú eres la sangre
y yo la herida...
Tú eres verdades...
y yo mentiras.
Fotogramas del deseo
La veo aferrándose a la almohada;
una mano sobre su cuello enrojecido
y la otra escondida en su morada:
su monte ennegrecido.
La veo retorcerse en la cama,
su figura envuelta en sudoraciones.
Salvaje el embiste, hace una maroma,
acrecienta por dentro, sinfín de pasiones.
La veo tocándose, agresiva;
sus dedos transpiran, los llevo a mi boca.
Señala su Venus, me escudriña, lasciva;
me hundo en sus labios, su tacto me toca.
La veo resuelta, eufórica, ¡qué delicia!
me hundo, perforo, ¡la piel se me eriza!
se aferra a mi espalda, ¡avanza la milicia!
el ruido y la furia, escapan a prisa.
una mano sobre su cuello enrojecido
y la otra escondida en su morada:
su monte ennegrecido.
La veo retorcerse en la cama,
su figura envuelta en sudoraciones.
Salvaje el embiste, hace una maroma,
acrecienta por dentro, sinfín de pasiones.
La veo tocándose, agresiva;
sus dedos transpiran, los llevo a mi boca.
Señala su Venus, me escudriña, lasciva;
me hundo en sus labios, su tacto me toca.
La veo resuelta, eufórica, ¡qué delicia!
me hundo, perforo, ¡la piel se me eriza!
se aferra a mi espalda, ¡avanza la milicia!
el ruido y la furia, escapan a prisa.
Espiral
Los intérpretes, diversos,
el diálogo necio y repetitivo:
son exorbitantes los primeros besos,
luego el apasionamiento huye, fugitivo.
La congoja y la nostalgia ganan terreno,
los días y las noches, hoy se asientan;
la felicidad que hoy deshojas es veneno
que te carcome y acrecienta.
El amor que tarde se juraron, mujer amante,
hoy, y con estragos se fue a pique.
El fuego fatuo, desbordante,
hoy, delimitado por un dique.
Hay en tu voz,
un tufillo de resignación
que se adhiere a tus pasos,
que vas dando con obstinación.
¡El tiempo apremia, puedes cambiar!
esta vorágine que te sienta mal;
frustrante, recalcitrante, ¿puedes amar?
esta rutina matrimonial que se ha vuelto una espiral.
el diálogo necio y repetitivo:
son exorbitantes los primeros besos,
luego el apasionamiento huye, fugitivo.
La congoja y la nostalgia ganan terreno,
los días y las noches, hoy se asientan;
la felicidad que hoy deshojas es veneno
que te carcome y acrecienta.
El amor que tarde se juraron, mujer amante,
hoy, y con estragos se fue a pique.
El fuego fatuo, desbordante,
hoy, delimitado por un dique.
Hay en tu voz,
un tufillo de resignación
que se adhiere a tus pasos,
que vas dando con obstinación.
¡El tiempo apremia, puedes cambiar!
esta vorágine que te sienta mal;
frustrante, recalcitrante, ¿puedes amar?
esta rutina matrimonial que se ha vuelto una espiral.
Hoy
Hoy, he conocido
el rostro que copa tu felicidad,
y descubierto, entumecido,
que no hay en 'ella' ninguna rivalidad.
Hoy, he recordado una vieja rencilla
que tuvimos una tarde invernal,
donde tras verbos esquivos, tú, qué maravilla,
confesaste un episodio que anticipó el final.
Hoy, he evocado, clamor inhumano,
la sensación que me produjo
saber que besó algo más que tu mano,
y que sobrevoló lo nuestro como un embrujo.
Hoy, con el reloj dándome las doce,
después de tanto sufrimiento:
puedo mirar atrás sin sentir tu roce,
tus labios humedecidos , finalmente recuperaron su pose.
el rostro que copa tu felicidad,
y descubierto, entumecido,
que no hay en 'ella' ninguna rivalidad.
Hoy, he recordado una vieja rencilla
que tuvimos una tarde invernal,
donde tras verbos esquivos, tú, qué maravilla,
confesaste un episodio que anticipó el final.
Hoy, he evocado, clamor inhumano,
la sensación que me produjo
saber que besó algo más que tu mano,
y que sobrevoló lo nuestro como un embrujo.
Hoy, con el reloj dándome las doce,
después de tanto sufrimiento:
puedo mirar atrás sin sentir tu roce,
tus labios humedecidos , finalmente recuperaron su pose.
Preguntas
¡Qué sabes tú de dolor!,
le oí decir mientras miraba el reflejo
y noté sus largas venas llenas de amor
que sobresalían por el espejo.
En este, tu cuerpo, tu lienzo,
no hay vestigio de sufrimiento.
Tu mirar tiene un comienzo
virginal, ¡cero padecimiento!
¿Enjuagaste alguna vez
el idilio de la inexperiencia
(sufres) o solo eres un pez
flotando en una vorágine de inocencia?
¡Qué sabes tú de dolor!, dices, señalando
este músculo que bombea penurias.
¡Qué sabes!, me estás matando;
tú, que envolviste mi vida en galimatías...
...¡¿me lo preguntas?!
le oí decir mientras miraba el reflejo
y noté sus largas venas llenas de amor
que sobresalían por el espejo.
En este, tu cuerpo, tu lienzo,
no hay vestigio de sufrimiento.
Tu mirar tiene un comienzo
virginal, ¡cero padecimiento!
¿Enjuagaste alguna vez
el idilio de la inexperiencia
(sufres) o solo eres un pez
flotando en una vorágine de inocencia?
¡Qué sabes tú de dolor!, dices, señalando
este músculo que bombea penurias.
¡Qué sabes!, me estás matando;
tú, que envolviste mi vida en galimatías...
...¡¿me lo preguntas?!
Te puedo
Puedo oír tu bramido
desde aquí, viajando furioso,
culpándome, no soy más tu amigo:
un deseo sin gozo.
Puedo oírte maldiciéndome
en lenguas ajenas, difusas, ¡peroratas!
que alimentan tu odio, venciéndome;
argumentos superfluos, me matas.
Puedo oír tu llanto,
escondiéndose de la furia de tu verbo,
que me aborrece como un manto,
como antes lo hacia tu cuerpo.
Puedo oírte, ¿lo sabes?
acostumbré mi atención a tu ruido,
sentimiento carente de ropajes,
viejas sensaciones que no he perdido.
desde aquí, viajando furioso,
culpándome, no soy más tu amigo:
un deseo sin gozo.
Puedo oírte maldiciéndome
en lenguas ajenas, difusas, ¡peroratas!
que alimentan tu odio, venciéndome;
argumentos superfluos, me matas.
Puedo oír tu llanto,
escondiéndose de la furia de tu verbo,
que me aborrece como un manto,
como antes lo hacia tu cuerpo.
Puedo oírte, ¿lo sabes?
acostumbré mi atención a tu ruido,
sentimiento carente de ropajes,
viejas sensaciones que no he perdido.
A quien corresponda
A ti, que no me conoces,
te conmino a odiarme.
Hacerlo sin miramientos, sin poses,
mas no te atrevas a amarme.
A ti, que te anhelo, cual pequeño
desea un juguete, te pido que te alejes;
tengo el ánima inquieta, de niño,
lúdica, insolente, sin tejes ni manejes.
A ti, hembra de ensueño
que envuelves mi ser en tu fragancia,
olvídame, y llévate contigo este sueño
de poseernos, así, de lejos, a la distancia.
A ti, que te aclaman en mi nombre;
desconocida, ausente, rígida, prominente,
aléjame de tu vida, ¡soy un hombre!
dormitando sobre tu vientre, ser valiente.
te conmino a odiarme.
Hacerlo sin miramientos, sin poses,
mas no te atrevas a amarme.
A ti, que te anhelo, cual pequeño
desea un juguete, te pido que te alejes;
tengo el ánima inquieta, de niño,
lúdica, insolente, sin tejes ni manejes.
A ti, hembra de ensueño
que envuelves mi ser en tu fragancia,
olvídame, y llévate contigo este sueño
de poseernos, así, de lejos, a la distancia.
A ti, que te aclaman en mi nombre;
desconocida, ausente, rígida, prominente,
aléjame de tu vida, ¡soy un hombre!
dormitando sobre tu vientre, ser valiente.
Ósculo inicial
Fue un viernes teñido de recuerdos;
un veintinueve otoñal, y tú, jugabas
a escaparte de mi, de nos...
tú, risueña, niña, mujer, me arrastrabas.
Fue una tarde fundiéndose a oscuro,
rodeados de luminarias, de tantos ruidos,
mis latidos galopantes, lo juro,
se acabó el temor, somos los dos.
Fue un instante, antes de partir,
me aferré a tus labios:
¡Algo estalló dentro! No hay donde huir;
segundo eternos y luego, el adiós.
un veintinueve otoñal, y tú, jugabas
a escaparte de mi, de nos...
tú, risueña, niña, mujer, me arrastrabas.
Fue una tarde fundiéndose a oscuro,
rodeados de luminarias, de tantos ruidos,
mis latidos galopantes, lo juro,
se acabó el temor, somos los dos.
Fue un instante, antes de partir,
me aferré a tus labios:
¡Algo estalló dentro! No hay donde huir;
segundo eternos y luego, el adiós.
... y vagabundo
A través de la persiana, con el rostro
pegado al marco, arrastra el rumbo, lo veo
-costal al hombro-, de harapos y dolor profundo,
ese hombre hambriento... y vagabundo.
Lo veo a lo lejos, el ocaso de fondo,
las aves al vuelo, la inocencia riendo,
de luto absoluto, tentando sin lujo,
ese hombre padeciendo... y vagabundo.
Detiene su paso, y mira el entorno;
el parque en ebullición, inerte, meditabundo,
su mirada se pierde en un hoyo,
ese hombre sufriendo... y vagabundo.
Hurgando en la inmundicia, allí, solo;
su dolor ha trastocado mi mundo,
lo veo aferrarse a la esperanza, lloro,
ese hombre muriendo... y vagabundo.
Se me inunda la vida, ¡el desasosiego!
al verme reflejado, derruido,
sin credo, sin ego,
soy el hombre que nació derrotado... y vagabundo.
pegado al marco, arrastra el rumbo, lo veo
-costal al hombro-, de harapos y dolor profundo,
ese hombre hambriento... y vagabundo.
Lo veo a lo lejos, el ocaso de fondo,
las aves al vuelo, la inocencia riendo,
de luto absoluto, tentando sin lujo,
ese hombre padeciendo... y vagabundo.
Detiene su paso, y mira el entorno;
el parque en ebullición, inerte, meditabundo,
su mirada se pierde en un hoyo,
ese hombre sufriendo... y vagabundo.
Hurgando en la inmundicia, allí, solo;
su dolor ha trastocado mi mundo,
lo veo aferrarse a la esperanza, lloro,
ese hombre muriendo... y vagabundo.
Se me inunda la vida, ¡el desasosiego!
al verme reflejado, derruido,
sin credo, sin ego,
soy el hombre que nació derrotado... y vagabundo.
Ella ha vuelto...
Ella ha vuelto, y me quiere de vuelta,
de anhelos tácitos,
reclama que la vea
y que la cobije en mis brazos.
Ella ha vuelto, y consigo tres vidas;
tres lumbres inocentes
que nunca serán bienvenidas,
no importa sin son impacientes.
Ella ha vuelto con la vida hecha jirones,
infeliz, socavada, ausente, vacía,
ansía de mí, amor a empellones,
deseándome, dice: "día a día".
Ella ha vuelto y yo solo sé perder;
soy viento que se escurre
entre sus anhelos, anclados en el ayer,
algo que pudo y no fue...
...ella ha vuelto
y yo, ya no estoy.
de anhelos tácitos,
reclama que la vea
y que la cobije en mis brazos.
Ella ha vuelto, y consigo tres vidas;
tres lumbres inocentes
que nunca serán bienvenidas,
no importa sin son impacientes.
Ella ha vuelto con la vida hecha jirones,
infeliz, socavada, ausente, vacía,
ansía de mí, amor a empellones,
deseándome, dice: "día a día".
Ella ha vuelto y yo solo sé perder;
soy viento que se escurre
entre sus anhelos, anclados en el ayer,
algo que pudo y no fue...
...ella ha vuelto
y yo, ya no estoy.
Te veo...
Te veo y enrojezco.
Enrojezco, porque no puedo.
Puedo observarte.
Observarte y no desearte.
Desearte y querer verte.
Verte, sin enrojecerme.
Enrojecerme y no calmarme.
Te siento y desfallezco.
Desfallezco, porque quiero tocarte.
Tocarte y maltratarme.
Maltratarme humedeciéndote.
Humedeciéndote y deseándote.
Deseándote y no callándome.
Enrojezco, porque no puedo.
Puedo observarte.
Observarte y no desearte.
Desearte y querer verte.
Verte, sin enrojecerme.
Enrojecerme y no calmarme.
Te siento y desfallezco.
Desfallezco, porque quiero tocarte.
Tocarte y maltratarme.
Maltratarme humedeciéndote.
Humedeciéndote y deseándote.
Deseándote y no callándome.
Difunto
Este cadáver que yace tirado en lo más profundo,
es devorado y crujen las ramas enmarañadas sobre él;
este cadáver que ha sido devorado por el mundo,
vuelve a sí mismo sobre su hiel.
Este cadáver soterrado en la hondura del pasado,
amalgama recuerdos de barbarie y estupor;
este cadáver que pereció enamorado
de penurias, enfrascado siempre de dolor.
Este cadáver desorientado, lejos del trayecto,
reclama a Virgilio, reclama atención.
Este cadáver que en vida siempre estuvo muerto
exige ahora ser tratado con moderación.
Este cadáver que cinceló sobre el rudimentario concreto
el enigma de conocerse poco a sí mismo;
este cadáver que esculpió en su epitafio:
"siempre me hallé transitando al borde del abismo".
es devorado y crujen las ramas enmarañadas sobre él;
este cadáver que ha sido devorado por el mundo,
vuelve a sí mismo sobre su hiel.
Este cadáver soterrado en la hondura del pasado,
amalgama recuerdos de barbarie y estupor;
este cadáver que pereció enamorado
de penurias, enfrascado siempre de dolor.
Este cadáver desorientado, lejos del trayecto,
reclama a Virgilio, reclama atención.
Este cadáver que en vida siempre estuvo muerto
exige ahora ser tratado con moderación.
Este cadáver que cinceló sobre el rudimentario concreto
el enigma de conocerse poco a sí mismo;
este cadáver que esculpió en su epitafio:
"siempre me hallé transitando al borde del abismo".
Anhelo materno
Déjame forjar en estas líneas de inocencia,
el susurro de tu voz, que se esconde tras de mí,
una tersa cuna atiborrada de paciencia
está albergando lo que anhelas para mí.
Quizá no me vislumbres finales escritos con plumas de satisfacción
y a lo lejos me veas tropezando, destrozado una y otra vez,
pero aún escucho súbitamente el susurro de una canción
que evoca tus anhelos como aquella vez.
Tras los senderos de viejas añoranzas, allí, con pesadumbre
he de sofocar tus animadversiones con pasividad.
Los finales miserables que se confabularon en tu infancia
atraen ahora, a aquellos fantasmas de una antigua rivalidad,
Encuéntrenme vagabundo, apagado y sin lumbre
y, si pudiesen, aparten de mí toda fragancia,
que oculto tras una densa niebla de incertidumbres,
aun me hallo tiernamente en la lactancia.
el susurro de tu voz, que se esconde tras de mí,
una tersa cuna atiborrada de paciencia
está albergando lo que anhelas para mí.
Quizá no me vislumbres finales escritos con plumas de satisfacción
y a lo lejos me veas tropezando, destrozado una y otra vez,
pero aún escucho súbitamente el susurro de una canción
que evoca tus anhelos como aquella vez.
Tras los senderos de viejas añoranzas, allí, con pesadumbre
he de sofocar tus animadversiones con pasividad.
Los finales miserables que se confabularon en tu infancia
atraen ahora, a aquellos fantasmas de una antigua rivalidad,
Encuéntrenme vagabundo, apagado y sin lumbre
y, si pudiesen, aparten de mí toda fragancia,
que oculto tras una densa niebla de incertidumbres,
aun me hallo tiernamente en la lactancia.
Inminente
Meto la mano en este agujero y todo se pierde:
¡No siento, no hay viento, no miente!
Tengo la mano envuelta en silencios perpetuos
que viajan y llegan hasta su vientre.
Algo le late: sus líquidos, la sangre...
¿esto es mío?
¿mi sangre? ¿fluidos? ¿no late?
¿esto está vivo?
Mi tacto, sumergido en la hondura de sus fauces,
se pierde, se asienta, ¡no hay nada!
Explora, intenta, a obscuras, sin luces,
se busca, se queda y no hay nada.
Saco la mano, y este agujero enlutado
me devuelve un extremo reseco.
¿A dónde fue a parar el caudal de su deseos? ¡¿Adónde?!
Saco la mano de este, su cuerpo
y nada que diga, que haga, que miente,
salvaguarda el final, inminente.
¡No siento, no hay viento, no miente!
Tengo la mano envuelta en silencios perpetuos
que viajan y llegan hasta su vientre.
Algo le late: sus líquidos, la sangre...
¿esto es mío?
¿mi sangre? ¿fluidos? ¿no late?
¿esto está vivo?
Mi tacto, sumergido en la hondura de sus fauces,
se pierde, se asienta, ¡no hay nada!
Explora, intenta, a obscuras, sin luces,
se busca, se queda y no hay nada.
Saco la mano, y este agujero enlutado
me devuelve un extremo reseco.
¿A dónde fue a parar el caudal de su deseos? ¡¿Adónde?!
Saco la mano de este, su cuerpo
y nada que diga, que haga, que miente,
salvaguarda el final, inminente.
Suscribirse a:
Comentarios (Atom)