17 jun 2017

Llueve...

Llueve a cántaros sobre el payaso difuso
que lleva consigo un globo infeliz,
llueve y el maquillaje sin uso
se difumina; llueve y llora, ha dejado de ser feliz.

Ha abandonado para siempre
el cobijo de la carpa que durante 16 años le cobijó.
Todo lo que hoy lleva consigo, es una cesta de mimbre
que dentro guarda el recuerdo de lo que tras de sí, dejó.

Llueve en su fuero interno la ausencia
del malabarismo, la prestidigitación,
las luces, el calor; la lluvia y su magnificencia
que todo lo vuelve azul y pasión.

Intenta andar y el trecho se torna perecedero,
púas que hincan sus huellas y que resuenan en el corazón,
púas con ínfulas de un dolor venidero;
llueve sobre el payaso que está perdiendo la razón.

Inerte

Aquí estoy, hincado frente a ti
y se me inundan los recuerdos.
Tú, tan calmo, entregado a las fauces de Morfeo,
tú, mi ángel terreno, mi fiel cancerbero.

Aquí estoy, llorando tu partida,
el vacío indeleble que dejas,
un llanto que se vuelve eco
para que retumbe hasta donde vayas.

Aquí estoy, muriéndome un poco,
te has ido, tuviste iniciativa,
ahora eres polvo, ora materia,
te extraño hijo mío, te extraño.

Aquí estoy, y espero algún día,
alguna noche, volver a verte;
aquí estoy, sufriéndote en la gradería:
aquí estoy, anhelándote porque me siento inerte.

8 jun 2017

Rendido

Soñar que despierto
colgado de una viga,
y que finalmente:
¡ya nada importa!

Soñar que despierto
con las venas abiertas
al filo de la cama:
¡ya nada importa!

Soñar que despierto
con una pistola
en la mano:
¡ya nada importa!

Soñar que despierto
y aún no he nacido;
soñar que muero,
porque me he rendido.