25 ago 2017

Observo

Observo tus fotografías
y los detalles de tu rostro
reverberan en tus ojos enternecedores,
en tus cabellos cayendo sobre tus sienes,
en tu voz que todo lo envuelve en un eco
de muletillas, de verbos impertérritos,
de canciones que se diluyen en afonías,
en silencios viciosos...

[eres vicio, mi adicción]

Observo tus fotografías
y tu vida me hace frente, golpeándome
con su vivacidad; con los lugares,
con las personas, con las anécdotas,
puedo verte sobresaliendo de la postal,
iluminando las noches oscuras
con tu rostro de ángel terreno
que está aprendiendo a volar...

[vuelas, lejos... muy lejos de mí]


Te cedo...

Te cedo mi hombro, mi tiempo,
mi espacio, mi viento,
mis ansias, mi cuerpo,
y todo lo que hay en mí, ¡cómo lo siento!

Y no pienses en mis problemas,
en el dolo, las estratagemas
que me afligen y condenan;
se trata de ti y tus dilemas.

Desfógate, y que la desmesura de tu furia
desaparezca la oscuridad de los días
que te atormentan, al dejarme
cobijarte con atención, el devenir de tus faenas.

Te cedo mi hombro, deja afuera el llanto;
el ruido que tu desencanto
hace, cuando rehuye a tu canto
que me arropa... con su manto.


6 ago 2017

Ha muerto


Ha muerto.
Envuelto en silencios,
ausente de aspavientos;
ensimismado en su lecho,
no puede escuchar el traqueteo de sus latidos
entregándose al viento.

Ha muerto.
Ahora viajan sus recuerdos,
su ausencia, su dolor,
viajan sin pasaporte
hasta los confines del horizonte.

Ha muerto.
Sin decirme nada.
Ennegreció la luz de sus ojos
que hace mucho habían renegado
la guía de la rosa de los vientos.

Ha muerto.
Su recuerdo todavía duele.
El eco de sus pasos
que aún resuenan,
incesantes...

Ha muerto
y recién caigo en la cuenta
de que ya no volverá.

Ha muerto.

4 ago 2017

Ella llora

Ella llora, sus lágrimas
escapan a rabiar,
ella llora a cántaros,
llora y sufre, llora sin parar.

Ella llora y él la ofende,
la ofende ignorando su llanto,
ella llora y él no entiende
que ha perdido para siempre el encanto.

Ella llora, y en silencio
reclama que la vean,
ella llora y el ruido
que la rodea hace que no la vean.

Ella llora, y hoy su recuerdo,
sus lágrimas, me inundan
el corazón llenándolo de miedo,
ella llora, llora porque ya no la aman.

En los dominios...

En los dominios del deseo,
que a veces es anhelo,
que a veces es capricho,
nada se consuma, ¡vaya flagelo!

Te siento de mil y un formas
y en todos estos escenarios difusos,
te vistes desnuda envuelta en aromas
que me son familiares y confusos;

y todo aquello que termina
al despertar del letargo,
queda sitiado por la realidad que me domina,
ésa que me cobija cuando caigo.