Largo tiempo estuve
absorto en la nada,
mirando el techo que se cernía
irrefrenable sobre mí...
Las lágrimas brotaron
e inundaron las visiones
que tenía de conjurarnos juntos;
sintiéndome azul e incólume.
Renegando del vacío de mi vida
comparada con la tuya,
padeciéndome minúsculo,
dispensable, olvidable...
Largo tiempo sentí esta agonía
de infelicidad suspendida,
sintiéndome parte del color que me atrae,
fundiéndome en melancolías.
Han vuelto después de tanto,
viejas sensaciones que creí extintas,
viejas elucubraciones de un pájaro sin canto,
de bolígrafo sin tinta.
Estuve muerto, muerto en vida,
mientras veía lo vacuo del día a día,
el amarte irremediable, sin piedad,
me mantuvo en vida.
Largo tiempo estuve
deseándote en sueños,
largo tiempo y aún no pasa nada
largo es el tiempo cuando se vive de ensueños.
27 feb 2025
24 feb 2025
Apóstol azul
Cabalgas cargando contigo
el destino que debo transitar.
El trote ajeno se vuelve amigo;
cansado, me dispongo a habitar.
Las riendas volviéndose grilletes
aprisionan mi psique, obnubilando
colores erráticos y empáticos. Mientes
al decirme la verdad de tu manto.
Tu capa es bruma, hiel mineral
que cobija animadversiones perversas.
El eco de una campana de cristal
se posa sobre mí envuelta en sedas.
Entregado al trayecto señalado
el lienzo nacarado se torna
difuso: el apóstol inmaculado
baja del equino riéndose con sorna.
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